¿Qué hacer ante la vida digital de nuestros hijos ?
1. Calmarse. La “vida digital” es una cosa positiva en sí misma, por el potencial que ofrece en cuanto a herramientas de trabajo, comunicación y conocimiento. Efectivamente, entraña sus riesgos, pero ahí es donde no debemos olvidar que, incluso en el mundo digital, seguimos siendo padres, y hay que hacer extensivas nuestras habilidades educacionales a este nuevo mundo: enseñar a nuestros hijos a ser ciudadanos responsables, y enseñarles a valerse por sí mismos.
2. Aprender sobre ello. Aquello que desconocemos absolutamente se presta a ser objeto de rechazo y motivo de alarma.
Conocer el “mundo digital” en el que se mueven nuestros niños y adolescentes (que, como bien señala la especialista, es “mundo digital” para nosotros, pero simplemente “mundo” para ellos) es imprescindible para seguir llevando a cabo nuestra tarea educacional, fundamentalmente para mantener la comunicación. Se nos aconseja, además, dejar que sean nuestros propios hijos quienes nos introduzcan en “su” mundo: que nos den una vuelta por las tan temidas “redes sociales”, que nos enseñen sus blogs, que aprendamos a mandar un email o enviar fotos e incluso comunicarnos con familiares a través de Skype…Todas estas son acciones perfectamente cotidianas en la “vida digital” de nuestros hijos, y pueden ayudarnos a conocer y valorar la utilidad de las herramientas digitales, a perderles el miedo, de manera que ellos sientan que “acogemos” su mundo de manera positiva.
3. Encontrar el equilibrio. “Seguir siendo padres” en tiempos digitales implica poner límites también a un mundo de conectividad constante y ubicua: enseñar a nuestros hijos que existe la posibilidad de “no responder” a los permanentes estímulos del mundo digital (mensajes de texto, chats, redes sociales, etc.), a repartir el tiempo entre distintas actividades que no tienen por qué incluir medios digitales, y poner límites en cuanto al momento y el lugar en que pueden utilizarse los dispositivos.
4. Proporcionar alternativas. El equilibrio, por supuesto, solo puede darse cuando existen alternativas al mundo digital. Animarles a avanzar en otras habilidades, organizar actividades alejadas de la pantalla y compartir tiempo con ellos.
5. Ser padres. Por último, algo que ya se avanzaba en el inicio: el “mundo digital” sigue siendo “mundo”, y la labor de padres consiste en preparar a los hijos para ser felices en ese mundo, sea el que sea. Enseñarles a ser responsables, a protegerse a sí mismos, al fin y al cabo, transmitirles nuestra sabiduría y valores, sigue siendo útil y fundamental en su “vida digital”.
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